Napoleón Bonaparte dijo: “Nada es más difícil, y por lo tanto más valioso, que la capacidad de tomar decisiones”.
Todos los días tomamos miles de decisiones, grandes y pequeñas, y detrás de todas ellas hay una poderosa batalla en nuestra mente. ¿Cuántas veces te cuesta decidir algo? ¿Alguna vez te has preguntado qué hubiera pasado si en lugar de haber hecho x hubieras hecho y? ¿Te has arrepentido de no haber tomado la decisión contraria?
Te tengo una buena noticia: ¿Sabías que las decisiones te enseñan, son tus maestras y se pueden ajustar y cambiar? Si tomas acción, aprenderás que ellas son la brújula que cambian y le regalan dirección a tu vida.
Nos llueven decisiones todos los días en nuestras vidas. Algunas las tomamos a la ligera y otras no tanto. Otras nos cuestan, las pensamos mucho y nos quitan el sueño. Según estudios, solo somos conscientes del 1% de las decisiones que tomamos al día. Más de un 99% de las decisiones diarias que tomamos están automatizadas por nuestro cerebro.
Tomamos decisiones en torno a muchos aspectos de la vida; en lo económico, la comida, en qué ropa nos ponemos cada día, en que carrera estudiar, si es momento de cambiar de trabajo. Tomamos decisiones acerca de la salud, del regalo que le vamos a hacer a nuestra madre, del color del coche que nos vamos a comprar, si invertir o no en nuestro crecimiento y entre muchas más acerca de situaciones difíciles. En fin tomamos tantas decisiones que te sorprenderá saber que cada día tomamos una media de 35.000 decisiones, de las cuales, recuerda somos conscientes de apenas el 1%, pues todo el porcentaje restante surgen del modo automático del cerebro.
Decidir forma parte de nuestra naturaleza humana y es un gran regalo. Accionar en una decisión que pensamos es definitiva acerca de un asunto, nos lleva a valorar la mejor opción entre varias que surgen, si y solo si, decides recorrer el camino de decidir.
Las decisiones son parte esencial de nuestra vida, no son ni buenas ni malas simplemente son. Decidir es un regalo. Muchas veces olvidamos abrir ese regalo por miedo, y surgen la insatisfacción y la frustración y perdemos la oportunidad de descubrir los regalos de amor a través de los aprendizajes que ellas nos traen. Son unas maestras, nos llevan a tomar acción y la acción a tener control y dirección en la vida. Son necesarias para desenvolvernos adecuadamente en la sociedad e incluso con nosotros mismos. Son la brújula que le da guía a nuestros pasos y caminar por la vida.
Ahora bien, todas las decisiones no son iguales. Dependiendo su naturaleza, de lo que implica cada una de ellas, de la urgencia, de la trascendencia y del contexto, existen muchos tipos de decisiones.
Andamos apurados en el día a día llevando con nosotros un sin fin de decisiones. Nos aturdimos y olvidamos, que otras decisiones podemos tomar sentir y vivir para regalarnos balance, equilibrio, bienestar y plenitud.
¿Te gustaría iniciar con pequeñas grandes decisiones? ¿Te gustaría apostar a cambiar el panorama, moverte de donde estás y salir del estancamiento que produce no decidir? ¿Te gustaría empezar por tomar pequeñas grandes decisiones para cambiar tus pensamientos y tu vida?
Que tal si hoy decides:
- Dejar de vivir enojado o triste
- Hablar con la verdad y dejar de decir mentiras
- Vivir una vida integra
- Tomar actitud positiva
- Acercarte a dios y aumentar tu fe
- Vivir en el perdón
- Vivir haciendo el bien
También puedes DECIDIR: !que sentir! !que vivir! «¡No decidir es decidir!». Es permitir que alguien más decida por ti. ¡El resultado final, le das a alguien más tu regalo de decidir! Tu brújula pasa a otras manos y no vives el rumbo de tu propia vida.
Finalmente, dos claves para hacerte del poder de las decisiones y activar tu brújula de la vida:
Para decidir es importante comprender que los riesgos son buenos asumirlos
Los riesgos son parte de las decisiones. Usualmente estamos propensos a pensar que algo riesgoso es algo peligroso, frenamos la acción de decidir y olvidamos que las decisiones son nuestras maestras. Ellas nos forman. Recuerda que, no son ni buenas ni malas, ellas simplemente son. Nos enseñan, se ajustan y se pueden cambiar. Apóyate en un lenguaje positivo y cambia la narrativa interior que te paraliza. ¡Que tal si te enfocas en lenguaje mental que te dice que un riesgo puede llevar a cosas muy positivas y puede regalarte grandes beneficios!
Aprender a superar los fracasos, errores y equivocaciones
Le tenemos miedo a las equivocaciones. Olvidamos que hacen parte de la vida, pero el miedo aparece porque tenemos la creencia que equivocarnos implica obtener malos resultados. Eso es vivir en la brecha del error. Te invitamos a romper esa brecha asumiendo los riesgos de tus decisiones y pensar en estas opciones; “dar gracias por haber tomado la decisión correcta y haberte librado de algo peor” o decirte “que los fracasos deben ser vistos como oportunidades para aprender y mejorar”.
Si se quieres puedes ver que cada error puede estar lleno de lecciones y múltiples aprendizajes. Derrota el exceso de análisis para decidir, es paralizante y tu vida queda detenida, sin brújula que la dirija. Continúa trabajando y creciendo. Superar los fracasos, es ser resiliente y abierto a los cambios es lo que hace a las personas salir adelante. Decidir te forman.
Te dejo con esta frase:
Amigo, aunque no puedes retroceder el tiempo y tener un nuevo comienzo, todos pueden empezar a partir de hoy, y construir un nuevo final».JAMES R. SHERMAN
Hoy es un buen día para emprezar
Milagro Rubio Perroni
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